lunes, 18 de marzo de 2013

Una nueva educación para el siglo XXI

Vivimos en una época en la que la esfera económica, cultural y sociocultural ha dado un gran giro desde los últimos 50 años en el sistema educativo, el cual se hace mucho más profundo desde la llegada de los nuevos medios de comunicación y la web 2.0.Son muchos los pedagogos y psicólogos como Eduardo Punset Y Ken Robinson que consideran imprescindible un cambio en los roles educativos y que se preguntan: ¿Por qué los niños se aburren en el colegio? ¿Por qué no leen? Por qué llegan al mundo adulto sin tener ninguna idea de sus talentos y capacidades?
Ken Robinson y otros muchos pedagogos dicen que hay que educar desde la emoción porque se necesitan niños creativos y motivados y no una educación donde los aspectos intelectuales y cognitivos hayan absorbido casi de manera exclusiva toda la atención.
El componente expresivo de las emociones es fundamental para la asertiva comunicación e interacción social, lo que conlleva el bienestar, el placer y felicidad.



Como es sabido, una persona optimista rinde mucho más que una persona normal o pesimista y una forma que tienen los profesores de ayudar a los alumnos es motivándoles y concienciándoles desde el aula para formarles como personas competentes, para que fomente deseos constructivos y para poder afrontar las dificultades de la vida personal y laboral. Las emociones positivas además tienen la capacidad de influir sobre el razonamiento, la resolución de problemas, el procesamiento de información, la disciplina y la optimización de la interacción social saludable.Por un lado, para rendir y tener interés por los conceptos que se dan en clase deberían enseñarles a saber que el trabajo depende de uno mismo y que el esfuerzo vale para algo.Hoy día, un niño aprende además de por lo que tiene a su alrededor en función de lo que quiera el profesor y lo que el profesor aporte al alumno. Además el día de mañana para que tenga éxito laboral es importante haber aprendido a canalizar los sentimientos, a controlarlos, a ser honestos y empáticos, a disfrutar del trabajo y sobre todo a desarrollar la creatividad para que cada uno sepa cuáles son sus habilidades y poder potenciarlas.Una cosa son los conocimientos adquiridos en clase y otra la actitud ante ellos ya que las emociones también se contagian, por lo que si los profesores fueran más entusiastas y utilizasen otros métodos educativos adaptados a niños, los cuales, son personas digitales innatas, lo que les lleva a individualizarse y fomentar la introversión, sus actitudes y rendimiento mejorarían. Se debería empezar a introducir instrumentos que enriquezcan el desarrollo afectivo en el aula y también que mejoren el clima de la clase aportando también actividades virtuales acordes con su forma de vida.Para lograr el objetivo de cambiar la educación se debería requerir una buena formación socio-emocional que se fusione con los contenidos básicos como la Lengua o las Matemáticas y con proyectos adecuados a los distintos tipos de personalidades, aspectos sociales, culturales y económicos.Hoy en día también está considerado que ser inteligente significa sacar un 10 en los exámenes y como dijo Howard Gardner en sus investigaciones, las personas tenemos nueve tipos de inteligencias diferentes, por lo que una persona es mucho más que resultados académicos. Hay habilidades que también son importantes en la vida como la inteligencia interpersonal e intrapersonal, por ejemplo. Considero que ser empático y tener don de gentes es muy importante a la hora de conseguir un trabajo de cara al público, o un empresario contrataría a alguien que no sabe relacionarse con los demás pese a su gran expediente académico? Es preciso desarrollar habilidades que no siempre están en los libro de texto.Cada persona y cada niño es diferente; cada uno tiene un potencial único y un talento único.Debemos crear un nuevo sistema educativo acorde con las necesidades sociales, culturales y económicas del siglo XXI donde se necesita nuevas personas creativas y emprendedoras, con nuevas ideas que hagan que prosperemos en un tiempo de incertidumbre como el que estamos viviendo en esta década e intentar abandonar los patrones básicos y clásicos de la educación aunque también quiero añadir que es verdad que deberíamos volver a ese patrón educativo de valores donde el respeto al profesor y al alumno quede íntegro y sea primordial. Aunque de eso ya hablaré otro día. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario